Ya no camina
sus pies se mueven solos
borracho
el alcohol riega sus venas
envenena su hígado
cada noche larga y oscura
como esa
Solitario
deja que sean su brújula.
Llega, casi a tientas
a la plaza olvidada
refugio de algunos vagabundos
pibes desahuciados por el “paco.”
A tientas se echa sobre el banco
mugriento
las moscas atraídas por
la putrefacción
zumban su melodía.
A esta hora suelen convivir con
los gusanos.
Se incorpora
camina por la vereda de la luz
pasa frente a los bares
mira las camareras de pelo gris
usan delantal limpio pero gastado
así estarán sus almas, piensa
las observa, las ve
comprende que se rindieron
ve en sus ojos el hastío.
Continua su viaje
pasa frente a las enfermeras
ya no es con ellas, lo sabe
apenas lo saludan
antes sus sonrisas lo estremecían
hoy parecen muecas de payaso
ellas también se rindieron y
los viejos de los autos
los empleados del banco.
Restos de narcóticos
se filtran en el aire
a juzgar por los ojos vidriosos
las voces gangosas
la visión empañada de las ventanillas
en el ómnibus, los taxis
las oficinas
“yo quisiera mirar y que
me vieran
gritarles a todos:
DESPIERTEN
pero, no puedo”
Ya no es con él
y vuelve a su refugio
a descansar …
(inspirado en el poema “Sin sueños” de Charles Bukowsky)