domingo, 30 de noviembre de 2008

"Paparulo"

(basado en un fragmento del cuento “Balada de la Oficina” de Roberto Mariani)

¡Hasta cuándo vas a insistir con tu actitud! No te das cuenta de que sos un negador, que te vas quedando atrás de este ritmo alocado que avanza, avanza …Que sos un romántico, siempre lo fuiste . Pero de ahí a insistir con esa onda “retro”, esas costumbres … Cuando todos, aquí, escuchamos Groove o Reggaetown, vos seguís con tu afán por Serú Girán, Los Rolling, León Greco. ¡Y esa ropa, ese cabello! No me extrañaría que en cualquier momento te terminen suspendiendo de ese mediocre trabajo que tenés por andar siempre tan mal entrazado. Cómplice del sol, de la lluvia, de las madrugadas.

¡La lluvia!, ¡no me hagás acordar! Los otros días estuviste tres horas, sí, ¡tres horas! contemplándola a través del vidrio del bar “El Cairo”. Mirabas pasar a la gente que, mientras tanto corría de aquí para allá, como no podía ser de otro modo, en esa zona bancaria y a esa hora del día – las once de la mañana- , pero vos, en tu mundo, como siempre. La mirabas caer, caer, monótona, estúpidamente. Perdías el tiempo así, sin el menor dejo de culpa. ¿Sabés la cantidad de planillas de cálculo, de liquidaciones y de cartas que yo hice durante ese lapso en el que vos paveabas ?,¡Qué vas a saber vos de esas cosas! Sos un eterno soñador.

Confieso que a veces tu parsimonia me da pena, y otras, envidia, aunque, sólo, un poquito, nada más, que además logro compensar perfectamente con el orgullo que siento al verme adonde estoy, no como vos. Nunca quisiste negociar tu ocio, ni siquiera te interesó el progreso, tener un celular, una notebook, un buen reloj, buenas pilchas, o tu casa remodelada, con esos muebles de ahora estilo Vintage que le dicen .

¡Tengo razón cuando digo que sos un boludo! ¡Importante, además! Creer que una revolución todavía es posible, sufrir por los desastres ecológicos, porque mueren peces, o algunos animales corren peligro de extinción. ¡No me hagás reir! ¡Qué nos importa a nosotros todo eso si para cuando pase o no haya agua o árboles para purificar el ambiente, nos habremos muerto hace rato!

¡Entrá, dale, no seas tonto, dejate de joder!¡Vas a ver que te va a gustar!, sobre todo, cuando veas la moneda que hay en juego. Pensá que tenés tres bocas que alimentar, que las deudas, además, te están tapando,¡Dale, bajáte del caballo!, despertate, llamate a la realidad, ponele freno a tus sueños, con los pies sobre la tierra, sobre la tierra, sobre la … ¡uyy!, ¡qué me pasa!, ¡me estoy hundiendo!, ¡me hundo!, ¡me hundo! …

San Lorenzo, 13-11-08

"Membrana sonora"


Las alas de una membrana virgen

desprenden un brillo eterno

azul

sobre la tibieza temprana

de mi alma

sólo logro recoger fragmentos

de aquella unidad

aquel centro sonoro

sagrado

donde alguna vez vivió

la historia de amor más dulce

más ausente

y hoy la calma de toda sed

todo ardor en mí

dulce néctar

alimento de mis cuerpos

en el hilo que teje la telaraña

el halo de luz que surca

el último sol de otoño

fuego que quema las entrañas

del verano

red de eslabones que ascienden

al corazón de la luz

así

meciéndome en la eternidad

por un instante

que es toda la vida

siempre ...

(a él)

San Lorenzo, 26-10-07

"Leo tristeza en la superficie de su mirada"

Aquellos hilos de ausencia tensan los momentos

todo vuelve a suceder

sin posibilidad de avance

hay restos de sus ojos en los bordes del día

lo imagino en el silencio

sólo así puedo salvarme

busco opacar el brillo de este ensueño

con cuentas de colores vivaces

pero huecas

hay hilos de su presencia en los recuerdos

caen sobre el agua

el río se los lleva hacia otros rumbos

otras lluvias

otros crepúsculos por remontar

como un mal sueño

sin embargo lo retomo con más fuerza

y me desgarra

como buitre a su presa malherida

¿por qué no puedo olvidarlo? – me pregunto

Sigo prisionera de este hueco incierto

donde la gravedad pesa

la gravedad de su rostro

En sus ojos cuando leo un viento borrascoso

En la mirada que traduce tristeza

No logro descifrarla aunque lo intente

hasta morir de sed

de soledad

es tanto lo que marca

me sacude me conmueve

que no puedo soslayarla

como una droga perversa

presa de horas sin cauce

de ese sabor agridulce en los labios

de la nada

- hilos de ojos en la ajena distancia

nunca o no …

(basado en un fragmento del poema “Tatuaje” de Wallace Stevens)

San Lzo. 23-11-08