Contar con
las palabras de este mundo
no me basta
cómo
confiar en ellas si
ya no
pueden nombrarme .
Partió de
mí un barco
llevándome
a otro puerto ,
la clave del infinito
me pescó
infraganti
y he roto
el muro de la poesía.
Me he
vuelto escarnio, tierra
huesos
doloridos
piel
escaldada
tras un
nuevo combate cuerpo a cuerpo
con la
brisa y su sueño,
soy
plenamente consciente,
mi sola y
aterida sangre basta
para hacer
de mí un prisma
un
catalizador,
ya no logra filtrar todo el dolor del mundo
que me
habita
pero yo quiero saberme viva
y no hablar más de la muerte
ni percibir
sus extrañas manos
por las
noches.
No sé del
sol más que su calor impuesto,
mejor es para mí la melodía del ángel
ese último estertor del viento que lo trae
y suelo
gritar hasta el alba
para
ahuyentar a las bestias espectrales,
cuando la
muerte se posa desnuda
en mi
sombra.
Sí
mañana los
monstruos del mar
destruirán
los bordes de la arena
sobre el
eje del misterio
y la carta
desconocida
se abrigará
en las manos
de mi alma
al fin
(basado en
fragmentos de poemas de Alejandra Pizarnik)
OLGA SEVERGNINI - 12-11-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario