Recibo con ínfima gracia
- plenitud de niña -
el asombro en las entrañas del mañana
me dejo cegar con tan inmenso regalo
abro los ojos a la magia del día.
Toda adulación se torna innecesaria
porque el candor en el alma aumenta
con la fe de la gente que
apenas puede fundarse
en la verdad que dejo derramar
humildemente
sobre su tristeza su agonía su lucha …
Aquella canción le habla a mis sueños
me agradece que vuelen hacia un confín de lluvia
¿por qué?
¿ acaso él no lo hizo antes?,
¿gracias a él no supe de alas tibias
gotas de rocío
hilos de cristal?
- rotura de abismos en la ensoñación
celeste -.
Soy yo la que debiera agradecer
Poder ser el duende que le susurra al oído
palabras con aroma a rosas
o notas estelares
valorar su devoción por la ternura
ese amor infinito …
Mi alma y la suya esperan poder ser
cada una, la mitad que la completa..
El presente es esa luz cegadora
al fin…
a L.A. Spinetta
(inspirado en la letra del tema “Canción de Amor para Olga” que le pertenece)
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