Dejo madurar el día
como a una vid
ya no le propongo retos inciertos
al destino.
Dejo que crezca el tiempo
cayendo en sus encantos,
ya no busco el alimento vano del hambre
me dejo sorprender por los momentos
crepusculares en las rosas todas
y abro la puerta de mi alma.
al fin.
Cuando me duele demasiado el desprecio
suelto globos de colores
que ahuyenten los grises de los malos presagios
- se terminan pinchando en su desgracia –
los ángeles me inyectan
con un néctar divino hecho de puro amor
y aunque a veces extraño la pieza perdida
de aquel rompecabezas
ya no busco resolver su fórmula
más bien “encuentro en las piedras
mi música
tan después de la lluvia salgo a ver
su fantasma”
porque jamás reniego de “mis flores cautivas”
el adiós allí no equivale a morir
sino a resucitar en el encanto de
“agregar un nuevo ladrillo
a mi alma de cristal …”
o “dar a luz una estrella con mis pasos”
vivir donde “la luz me acompaña inviolable
hacia un lugar donde siempre hay mañanas”
está mi ser en esa espera
ya no importa robar estos versos
porque han sido volcados para mí
y en mis alas oigo el reclamo
de su corazón …intacto …
a l.a.Spinetta – pieza infaltable de este delirio verdadero
(* los versos con comillas parafrasean versos de la canción “Espacio Sideral” que le pertenece)
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