Carcelero del tiempo
El reloj retiene entre sus delgados filos
los instantes
la tierra recibe jubilosa la humedad
de mis lágrimas
el sueño sabe a miel, a aurora
no es tristeza, no
es asombro y certeza
claridad de marfil
semejante al destello de una lámpara antigua.
El camafeo se asoma entre el polvo
aún esconde con celo aquel secreto
yo corro hacia el recuerdo
- páramo azul del mar, del viento -
se abre incierta la luz de aquel instante
(me decías “te amo” y me besabas).
La esperanza
guardiana fiel de los enamorados
lucha contra la fría niebla de la nada
el amor vence aún a pesar de la distancia
como vórtice de abrigo y de candor
estás allí
en el centro mismo de mi corazón
en llamas …
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